El café es más que una bebida en México; es una tradición arraigada que ha moldeado la cultura y economía de diversas regiones. Entre ellas, Córdoba, Veracruz, destaca como el epicentro donde germinó esta historia, consolidándose como la cuna del café en el país.
La introducción del café en México se remonta a finales del siglo XVIII. Registros históricos indican que, alrededor de 1795, las primeras plantas de café arribaron al país. Sin embargo, fue en Córdoba donde se establecieron las primeras plantaciones formales. Documentos señalan que en los años 1802, 1803 y 1805, se exportaron desde esta región 272, 484 y 336 quintales de café, respectivamente, hacia España, evidenciando la temprana relevancia de Córdoba en la producción cafetalera nacional .
La geografía y el clima de Córdoba ofrecen un entorno privilegiado para el cultivo del café. Sus altitudes, combinadas con suelos fértiles y un clima templado-húmedo, crean las condiciones óptimas para el desarrollo de granos de alta calidad. Estas características han permitido que el café cordobés se distinga por su sabor y aroma inigualables, posicionándolo como uno de los más apreciados tanto a nivel nacional como internacional.
En este contexto histórico y cultural, surge Café Real de Córdoba, una marca que encapsula la esencia del auténtico café veracruzano. Comprometidos con la calidad y la tradición, seleccionamos meticulosamente granos 100% arábica, cultivados en las alturas de Córdoba, para ofrecer una experiencia sensorial única. Nuestro proceso de tostado y molido resalta las notas cítricas y el cuerpo medio-alto característicos de esta región, brindando a cada taza un retrogusto prolongado y satisfactorio.
La historia del café en Córdoba es testimonio de la pasión y dedicación de generaciones que han trabajado la tierra con esmero. Hoy, Café Real de Córdoba honra ese legado, llevando a los amantes del café una bebida que no solo deleita el paladar, sino que también cuenta una historia de tradición, esfuerzo y excelencia.